Paul Cuffee (1759-1817)

Paul Cuffee, un hombre de gran energía y determinación, nació en la pequeña isla de Cuttyhunk, a once millas de la costa de New Bedford, MA. El era el séptimo de diez hijos de Kofi Slocum, un esclavo africano liberado, y Ruth Moisés, una india Wampanoag. Su padre tomó el apellido Slocum por respeto al hombre que lo había liberado, John Slocum, un cuáquero a cuya familia le pertenecía la isla Cuttyhunk. Su madre era descendiente de un largo linaje de Wampanoags que habían sido amistosos con los primeros colonos anglosajones. Eran una pareja devota y muy trabajadora. También cuáqueros, criaron a sus hijos para ser ciudadanos contribuyentes. Ellos eran libres y emprendedores, y por eso prosperaron.

Cuando Paul Cuffee tenía ocho años, sus padres compraron una granja de 116 acres en Westport, Massachusetts. Esta fue una compra muy inusual para un esclavo liberado; era el año 1766, casi un centenario antes de la proclamación de emancipación del presidente Lincoln. Los diez hermanos crecieron hasta ser adultos y vivieron vidas exitosas, pero Paul fue el que sobresalio en su familia. El se quitó el apellido Slocum y adoptó el primer nombre de su padre como apellido, cambiando Kofi, una palabra Ashanti que significa “nacido un viernes,” a Cuffee (aunque muchas veces se ha escrito con una “e”).

Cuffee mostró desde temprana edad afinidad por la construcción de botes, la navegación y el comercio. Cuando joven, él construía botes pequeños y comerciaba con ellos en las islas de Massachusetts, como su padre había hecho por años. Después, sirvió a bordo de un barco ballenero propiedad de la reconocida familia Rotch, mercantes cuáqueros y balleneros de New Bedford. Durante la Guerra Revolucionaria, su barco fue capturado por los británicos y Cuffee fue encarcelado en Nueva York. Liberado después de tres meses, buscó la manera de llegar a casa, construyó su propio buque y se convirtió en navegador de bloqueos marítimos, navegando en las noches más oscuras y aguas tormentosas para evadir la patrulla británica. El se ganó bien la vida llevando alimentos y artículos del hogar a Nantucket y Martha’s Vineyard. Para cuando tenía poco más de veinte años, pocas personas como él tenían un mayor conocimiento de las corrientes, bajíos y variaciones climáticas de las islas de Massachusetts.

En 1783, unas semanas antes del fin de la Revolución, Cuffee se casó con una mujer nativa americana del área llamada Alice Pequit. Ellos criaron siete hijos. Animado por la familia Rotch y otros comerciantes exitosos, Cuffee se dedicó a construir su propio imperio mercantil. Al ser su tripulación de gente nativa americana y afroamericana, sus barcos podían ser encontrados en ambos lados del Atlántico. Al final abrió una tienda en New Bedford para vender los artículos que importaba.

La influencia de Paul Cuffee era cada vez mayor a medida que ascendía en el mundo de los negocios. Después de una larga lucha con los políticos, él y su hermano John ganaron el derecho a votar para los terratenientes de color en Massachusetts. Como un terrateniente importante, el cuestionaba duramente el hecho de que tenía que pagar impuestos sin tener representación. Después de haber tenido que aprender a leer y a escribir por sí mismo, estaba ansioso para que sus propios hijos aprendieran estas habilidades. Él se ofreció a ayudar a pagar por la primera escuela pública en Westport, pero algunos en el pueblo no querían que sus hijos se sentaran junto a niños negros. La reacción generosa de Cuffee fue construir una escuela y mantener económicamente a una maestra en su propiedad, recibiendo en su escuela a sus propios hijos como también a los hijos blancos de sus vecinos. Por lo tanto, lo que posiblemente fue la primera escuela integrada en Norte América fue inaugurada por un hombre de color.

De una presencia imponente y legendaria integridad, Cuffee era admirado por la gente de todos los colores. A su regreso en 1812 de un viaje a Sierra Leona, sin saber que su país estaba en guerra con Gran Bretaña, encontró con que su barco había sido confiscado por el Servicio de Impuestos de EE.UU. en Newport. Al plazo de seis días, a velocidad récord, Cuffee se encontró en Washington tocando la puerta del presidente Madison, quien de inmediato ordenó que se le devolviera el barco. Se dice que Cuffee fue la primer hombre de color en entrar en la Casa Blanca por la puerta principal.

Paul Cuffee fue uno de los hombres de color más ricos de los Estados Unidos a principios del siglo 19. Fácilmente él hubiera podido mecerse en su terraza en Westport viendo sus barcos regresar con cargamentos valiosos, pero al ser un cuáquero devota creía que Dios estaría más satisfecho si seguía trabajando para ayudar a las personas más necesitadas. El decidió invertir lo que le quedaba de energía para llevar a esclavos liberados de regreso a África, muchas veces asumiendo los gastos. Sierra Leona, una colonia africana apoyada por cuáqueros británicos, proveía una buena oportunidad para el desarrollo de una economía agrícola. Desafortunadamente, Cuffee no pudo convencer a los jefes nativos de que labrar la tierra daría lugar a una mayor prosperidad para la comunidad que la venta de sus propios cautivos como esclavos.

A finales del 1816, la salud de Cuffee deterioró a causa de agotamiento, resultado de negociaciones y un viaje turbulento de regreso a casa de aproximadamente 66 días. El 7 de septiembre del 1817, rodeado de familiares, dijo, “Déjenme ir tranquilamente.” Así terminó una vida de logros extraordinarios. Hoy en la PCS les decimos a nuestros estudiantes que si Paul Cuffee pudo lograr todo lo que hizo en su época, seguramente ellos podrán superar los obstáculos que enfrentan hoy día.